Cama “Melville” Ralizada bajo pedido en 1700 para George I Conde de Melville para su residencia de campo en Fife
Las camas con dosel, baldaquino o en alemán Himmelbett (camás del cielo) aparecen por primera vez en los grabados del s. XVI. Con el tiempo, las camas adquieren formas arquitectónicas y en el s. XVII surgen las cortinas o colgantes que son una parte importante de estas camas barrocas.
Por su tamaño e importancia dentro de la casa el diseño de la cama se dejaba en manos de los decoradores y arquitectos interioristas.
La que vemos en la fotografía superior fue realizada a finales del s. XVII en Inglaterra por artesanos franceses pero con diseño inglés, ya que las piezas son más grandes y elaboradas que las habituales en el diseño francés. El trabajo importante se centró el tejido mientras que el soporte se trató de modo más simple.
Para la elaboración de las camas siempre se elegían los tejidos más bellos.
Diseño para una “cama del cielo” de Thomas Chippendale de 1762.
Las camas más lujosas tenían doble cortina (colgante), en el interior y en el exterior. Sin embargo, la exterior estaba realizada con un tejido más suntuoso y más caro. Los volantes inferiores eran muy simples.
Las cortinas de la cabecera presentaban en muchas ocasiones la calidad de un tapiz y casi siempre aparecía bordado el escudo del dueño.
Pero lo más decorado era la parte interior del dosel y la colcha. El dosel tenía forma abombada y se decoraba con abundantes dorados. La colcha estaba constituida por tres piezas: La central, y dos en los laterales que caían hasta el suelo.
El cabecero completaba el conjunto.
¿No os sentiríais en el mismo cielo?
Fotografías: Del libro Stil Ikonen
Semejante cama me abruma un poco.
ResponderEliminarNo sé si podría pegar ojo en ella. Quizás otras actividades ;)
Abrazos, Jürgen.
Me parecen una auténtica invitación al descanso,
ResponderEliminarBss y feliz nueva semana.
Cecilia
siempre me han gustado este tipo de camas y no las he probado nunca. Me imagino que debes parecer de otra epoca ahí metido. Un besazo
ResponderEliminaruh! para mi . . . NO!
ResponderEliminardemasiado mucho, yo mas simplemente.
Colin M.- desde Cornualles U.K.
Hola, acabo de pasar un rato estupendo paseando por tu blog, hace más de un mes que no te hacía una visita.
ResponderEliminarComo siempre, he disfrutado mucho. Y esa cama, menuda preciosidad, como muchas de las cosas que nos enseñas.
Un abrazo fuerte
A mi las camas, cuanto más austeras y simples, más me gustan. Pero debo reconocer que ver estas camas tan detalladas se pone la boca en forma de O.
ResponderEliminarQué extraño debe ser dormir en tal lujo de detalles y ese armatoste.
Abrazos, Jürgen.
Ja,ja,ja. Muy bien Enrique.Probablemente esa opción sea aún mejor!
ResponderEliminarGracias por tu visita, Cecilia.
ResponderEliminarÉste es un ejemplar barroco en toda la extensión de la palabra. Si no se siente uno de otra época en algo así...
Un abrazo para las dos.
Bueno Colin. entonce coincides en gusto con Enrique y Elisa.Cuanto más sencillo mejor!
ResponderEliminarGracias doblemente por la visita Julia. Lo sé, te apunto cuando no vienes... Es broma, pero me gusta que lo hagas.
ResponderEliminarUn abrazo amiga. Espero que todo vaya bien.
Pues lo dicho, Elisa, como Enrrique y Colin. Supngo que actualmente pocos pueden tener algo tan grande en casa. Es el retrato de la época y sociedad en que se hizo.¿Qué se dir
ResponderEliminará de nuestros muebles en doscientos años?
La elección del estilo de nuestros muebles es fundamental para conseguir el ambiente deseado. Camas de este tipo nos trasladan a otra épocas. Saludos.
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