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2 nov 2009

Fotografía post mortem: Eterno recuerdo / Post-mortem photography: Eternal memory.

Hace unos años, en un congreso, coincidí con una joven historiadora, Virginia de la Cruz Lichet, que realizaba su tesis sobre la fotografía post-mortem en Galicia. El un artículo del País publicado el pasado día 27 de octubre, se dice que próximamente defenderá esta tesis que espero se publique muy pronto para que todos los interesados en este tema podamos tener acceso a ella.
Hasta el día en que asistí a aquella comunicación, no tenía conocimiento de que algo así existiese, nunca había tenido (conscientemente) el retrato de una persona muerta en mis manos. Aunque como veremos, el modo en que a veces se realiza la fotografía hace que probablemente esto no hubiera sido así y quizá vosotros también las tengáis en vuestro álbum familiar. Esta investigadora explicaba las dificultades que había tenido para que las familias le permitieran acceder a los álbumes-colecciones familiares de fotografías de difuntos, dado lo delicado del tema. Esta es la razón de que la mayoría se conserven en archivos particulares de fotógrafos, o en las propias familias y muy pocas en museos y otras colecciones públicas, ya que resulta muy complicado que la familia ceda este tipo de material.
La película de Amenábar Los otros las dio a conocer al público en general, y actualmente existen numerosos coleccionistas y pueden encontrarse a la venta en Ebay, Todocolección y otros sitios especializados.
Aunque desde el prisma actual podemos ver este hecho como algo morboso y macabro, es necesario entender el momento en que fueron realizadas para comprender el fenómeno en toda su dimensión.
En primer lugar la fotografía a mediados del s. XIX (las más antiguas encontradas proceden, según el estudioso del tema Burns, de esta fecha), la fotografía en ese momento era algo muy costoso económicamente (podía costar el salario de una semana) y muy lento en la ejecución, ya que requería un posado largo, con lo que era reservada sólo para momento excepcionales.
Estás fotografías eran un recordatorio de la persona en un momento en que la alta mortandad estaba a la orden del día, y servían además como certificación de la muerte.
Este tipo de fotografías se realizaba en países de todo el mundo. Bajo esta líneas vemos una realizada en Japón y arriba la del rey Ludwig, Bavaria, Alemania.

En las fotografías gallegas el difunto se retrata en la caja, con flores y cruces de modo que el hecho queda evidenciado.
Sin embargo, en la mayoría de lugares era común que el difunto apareciese representado en su rincón favorito, con sus mejores galas, sus objetos favoritos y en una pose que intentaba disimular el estado del fallecido, (incluso abriéndole los ojos). Algunas fotografías aparecen incluso retocadas posteriormente para intentar dar un mayor aspecto de vida a la imagen, dibujando los ojos, sonrosando las mejillas, etc.
Incluso existen retratos de grupo o fotografías en las que vivos y muertos parecen retratados juntos: La madre con el niño en brazos, el marido con la esposa fallecida, etc.

Agunas publicaciones sobre el tema:
Burns, S. B. Sleeping Beauty: Memorial Photography in America. Twelvetrees Press, 1990.
Burns, S.B. Sleeping Beauty II: Grief, Bereavement and The Family In Memorial Photography. American & European Traditions. Burns Archive Press, 2002.



4 comentarios :

  1. La verdad es que a mi me parece un poco masoca hacer ese tipo de fotografías.
    Reme.

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  2. Sí, supongo que debe ser muy doloroso mirar la fotografía de un familiar muerto. Además hay fotografías verdaderamente fuertes, con el cadáver con marcas ya de descomposición...( que precisamente son la más buscadas por los coleccionistas).
    Yo he utilizado para la entrada las que encontré más "suaves".
    De todos modos las fotografías deben entenderse dentro del contexto en el que se realizaron, como documento histórico y como fotografía en sí. Que nos guste el tema o que lo consideremos escabroso es otra cosa.
    Un saludo.

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  3. EN LA PELÍCULA DE LOS OTROS DE AMENABAR ME ENTERÉ DE ESTA COSTUMBRE. ME PARECE INCREIBLE. qUE COTIDIANA ERA ENTONCES LA MUERTE VERDAD?, AHORA SOMOS BASTANTE MÁS TIQUISMIQUIS

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  4. Desde luego. Todo ha cambiado, al menos en el "primer mundo". Actualmente vivimos haciendo ver que la muerte no existe. Culturalmente se ve como algo feo que se oculta, y en particular a los niños.

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