Una de las representaciones escultóricas del arte cristiano más queridas por los devotos y más valoradas y buscadas por los coleccionistas hasta la actualidad, es la del Niño Jesús en sus múltiples variaciones iconográficas. Si la representación del Niño Jesús ligado a otra figura como la Virgen, o en escenas como la del Nacimiento, aparece desde los inicios del cristianismo; la iconografía del Niño Jesús, como figura exenta, individual se cree que pudo tener su origen en el siglo XIV en Alemania, donde existen noticias en monasterios femeninos sobre una variante de imagen de Jesús Triunfante en pie. El tema se generaliza a partir del Bajo Renacimiento, desarrollándose especialmente en el Barroco.
El que presentamos hoy, "Trösterlein" ( Pequeño consuelo), es el tipo de llamada "Niño Jesús de la manzana": Alude a la redención del pecado de Eva mediante la crucifixión de Jesús.
Esta dulce talla pertenece a la Abadía Benedictina de San Ehrentraud en Salzburgo . Realizado alrededor de 1520, el Niño sostiene una manzana en la mano derecha. mientras con la izquierda hace ademán de sostener la cruz, actualmente desaparecida. Se presenta vestido de rojo en alusión a su realeza.
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