Un amplio apartamento en una casa construida en la década de 1890 en el centro de Estocolmo, en el que se ha huído del blanco habitual en la decoración sueca, y una sabia combinación de pasado y presente.
Muebles y arte antiguos junto a diseño moderno y arte contemporáneo logran una mezcla con estilo.
Arriba, dos bodegones de flores y una alfombra persa acompañan a la Lounge Chair de Eames en el rincón de lectura.
Para la espaciosa cocina se eligió un mobiliario de líneas simples y color blanco junto a lectrodomésticos de aire industrial que son el contrapunto perfecto para los muebles Reina Ana del del office y la maravillosa lámpara de araña gustaviana.
En la zona de comedor de nuevo se ha buscado el contraste. Bajo una obra contemporánea, una cómoda gustaviana y candelabros rococó.
En la estar la alfombra azul es antigua, como los tres sillones, los taburetes y el sofá gustaviano, al fondo. En el centro una mesa de café de Joseph Frank de los 30's. En la pared, la pintura al óleo de la escuela Ehrenstrahl representa la Fidelidad.
Un gato de bronce procente de un templo egipcio hace las funciones de apoya-libros
Las paredes del dormitorio se pintaron de un relajante color verde claro. En la ventana dos figuras de Staffordshire. Dos sillas rococó, una pequeña mesita neo-renacentista de la década de 1870 y la colcha azul cielo completan el conjunto.
En la entrada, una mesa de costura y un epejo Gustavianos. Sobre la mesa una pareja de candelabros imperio.
No hay comentarios :
Publicar un comentario