A todos aquellos amantes de los objetos pertenecientes a nuestro patrimonio cultural les recomiendo la visita al Museo Etngráfico de Olivenza, en Badajoz.
Este museo, surgido en 1982, se ubicó primero en la antigua cárcel situada en el recinto del Castillo de esta localidad. En 1985 se amplió con la anexión del edifico contiguo, la panadería del rey, del s. XVII.
El museo se constituyó a partir de piezas donadas o dadas en depósito por los vecinos, si bien el 80% de la colección ha sido donada por Francisco González Santana.
En él se recogen los usos y costumbres del pueblo de Olivenza desde finales del s. XIX.
Del sistema expositivo del museo me gustaría destacar el que la colección no se presenta en vitrinas, sino que las piezas se muestran en su contexto (algo relativamente habitual en este tipo de museos) con lo que la visita resulta muy amena y se hace accesible a un público muy amplio.
Las piezas se reparten en dos plantas a lo largo de numerosas salas:
Dos salas de utillaje agrícola, talleres de oficios tradicionales ( tienda-café, bodega, molino de aceite, fragua, zapatería, carpintería, sastrería y barbería), música popular y culta, y reproducciones de una vivienda campesina y burguesa.
Además cuenta con salas anexas con la colección de arqueología “Margarita Navarrete”, una colección de arte sacro y una exposición permanente de juguetería.
Este museo, surgido en 1982, se ubicó primero en la antigua cárcel situada en el recinto del Castillo de esta localidad. En 1985 se amplió con la anexión del edifico contiguo, la panadería del rey, del s. XVII.
El museo se constituyó a partir de piezas donadas o dadas en depósito por los vecinos, si bien el 80% de la colección ha sido donada por Francisco González Santana.
En él se recogen los usos y costumbres del pueblo de Olivenza desde finales del s. XIX.
Del sistema expositivo del museo me gustaría destacar el que la colección no se presenta en vitrinas, sino que las piezas se muestran en su contexto (algo relativamente habitual en este tipo de museos) con lo que la visita resulta muy amena y se hace accesible a un público muy amplio.
Las piezas se reparten en dos plantas a lo largo de numerosas salas:
Dos salas de utillaje agrícola, talleres de oficios tradicionales ( tienda-café, bodega, molino de aceite, fragua, zapatería, carpintería, sastrería y barbería), música popular y culta, y reproducciones de una vivienda campesina y burguesa.
Además cuenta con salas anexas con la colección de arqueología “Margarita Navarrete”, una colección de arte sacro y una exposición permanente de juguetería.
Podéis encontrar más información en la web del Museo
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